El hombre Sin Sombra

jueves, 13 de septiembre de 2012


Un conjunto de notas enlazadas, formando una melodía, enjambre de sonidos encaprichados por trascender. La MÚSICA es arte y el arte no existe sin emoción. Es cierto que la percibimos auditivamente en primera instancia pero al igual que los sentimientos recorre cada uno de nuestros sentidos, derribando cualquier tipo de barrera. La MÚSICA es sabia, no existe ninguna persona que no ame al menos una canción. Y en cambio existen seres incapaces de amar al menos a una sola persona. La música no tiene defectos, es un espejo en donde podes aprender a reconocer tu propia belleza y la que te rodea, y hasta tu otro costado, ese que nos cuesta tanto asumir como propio. Te puede acompañar en todos los instantes en cuales vos la cites, en esos momentos en que solo sos capaz de hablar con las paredes que te rodean. La MÚSICA al igual que el amor real sabe de entiendos y no de reproches, podes percibirla, tararearla, recordarla, usarla, practicarla o simplemente escucharla. Posee efectos sanadores, habita en cualquier lugar. La MÚSICA une, acerca, puede ser amena o punzante dependiendo de tu forma de percibirla y relacionarla, porque fluye junto con la sangre por tus venas. Ella es de todos aquellos que la necesiten y quieran deleitarse, Puede teletransportarte siempre y cuando vos te permitas elevarte. La tristeza con MÚSICA es un coctel adictivo cuando te das cuenta que la vuelve agridulce. Para las heridas del cuerpo existen las medicinas y para las del alma y la mente afortunadamente existe la MÚSICA. 

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